sábado, 2 de abril de 2016

La Megaminería, el Medio Ambiente, y la gente


 

 

 
    

Jachal, Provincia de San Juan

Otra vez la megamineria en el foco de la tormenta.

El enorme derrame de más de un millón de litros de agua con cianuro en octubre del 2015 sigue sin resolverse en forma segura para el medio ambiente y su componente más importante, la población rio abajo.

Vecinos ignorados, familias desinformadas y temerosas, empresas mineras inconscientes y peligrosamente especulativas, y el Estado durante años ausente y solo interesado en prebendas y ventajas a corto plazo, salvo minúsculas excepciones.

Es difícil analizar y sugerir soluciones en semejante situación de crispación, de impunidad y de alto riesgo que sigue persistiendo.

En la búsqueda de un aporte positivo a semejante situación de abandono, se me presenta como muy oportuno un paralelo con los principios de la nueva calidad expresados en la última versión 2015 de la norma ISO 9001, que en realidad no son nuevos, porque hace décadas que se expresan de diversa  forma en lo que se denomina sistemas de excelencia o también TQM, en nuestro idioma: gerenciamiento de la calidad total.

Cuando se habla de la excelencia, la calidad y la mejora continua en el mundo de la empresa, el foco se dirige indefectiblemente hacia el cliente y hacia todas las partes interesadas y relacionadas con ella. Pero qué significa foco en el cliente, mas allá de una elegante forma de querer demostrar nuestro interés en este último? Debemos medir y cuantificar lo que el cliente opina, valora, critica y especialmente lo que percibe sobre el producto o servicio que le brinda la empresa.

Se me ocurre entonces hacer un paralelo: Lo que es el cliente para la empresa lo es el ciudadano para el gobierno. Es que así como la empresa subsiste gracias al cliente, los gobiernos nos deben no solo su subsistencia sino su mismo origen, puesto que los hemos elegido nosotros para ocupar ese lugar.

Esto parece haber sido olvidado por nuestros representantes, los funcionarios que hemos elegido soberanamente, cuando los vemos formular planes de gobierno. Olvidaron para qué han sido elegidos y toman medidas sin preocuparse por la percepción de los gobernados.

Es así como  autorizan un proyecto minero en medio de la cordillera y de nuestros glaciares y dentro de un parque nacional, violando ostentosamente la ley de glaciares, en base a presuntos beneficios en puestos de trabajo y tasas municipales y provinciales. En esas condiciones ilegales ni siquiera pensaron en el temor que se generaba en la población de Jachal al percibir la falta de conciencia y  responsabilidad de la empresa minera. No le exigieron estudios de impacto ambiental ni análisis de riesgos, ignorando la seguridad y la salud de los habitantes. No controlaron ni auditaron el desarrollo de las obras olvidando monitorear su influencia negativa en el ambiente circundante.

Luego del vergonzoso derrame que contaminó en grado desconocido los ríos cercanos, no se tomaron medidas de control ni exigencias técnicas a la empresa. Tampoco se evaluó el impacto sobre la salud de la gente. Apenas se proveyó tímida y tardíamente de agua potable envasada a la población desconcertada.

Con demora de varias semanas comenzó a actuar la justicia solicitando peritajes cuya demorada ejecución pone en duda la utilidad de los resultados.

En medio de las consecuencias todavía no cuantificadas de este desastre ecológico ocurrido  el mes de octubre pasado, la población de Jachal se encuentra en estado de asamblea permanente produciéndose ya divisiones y antagonismos con sectores decididamente en contra de la continuación de la explotación minera a cielo abierto.

El Estado provincial y nacional no han sido capaces todavía de modificar la percepción de desconfianza de la gente afectada. Cada día que pasa ese cambio se hace menos posible y más lejano. Es que el daño ha sido enorme y la gente ha sido ignorada.desde hace meses.

Esta mencionada percepción de abandono ha sido lamentablemente reforzada cuando el Presidente puso por delante un beneficio del 5% de un impuesto – que probablemente haya sido arbitrario e injusto - sin mencionar siquiera una sola palabra sobre la irresponsabilidad y la falta de reconocimiento de fallas  mostrada por la megaminería a cielo abierto.

Quién puede esperar que se genere confianza y se pueda recomponer el dialogo con todas las partes afectadas, si no se tuvieron en cuenta semejante cantidad de dudas, preguntas e incertidumbres?

El Ministerio de medio ambiente y desarrollo sustentable apareció tardíamente en escena y la misma presencia del ministro fue opacada por un clima de enojo y reclamo en Jachal.

Hoy más que nunca debemos mostrar la firmeza de los controles y condiciones para esta industria por parte del Estado, solicitando a la Justicia la clausura del emprendimiento hasta aclarar todos los puntos pendientes y poner sobre una nueva base de responsabilidad la acción futura.

El tema del cuidado ambiental cruza horizontalmente toda la actividad humana, léase en este caso todas las aéreas de todos los ministerios en todo gobierno. Le cabe al Ministerio de Medio Ambiente estar presente en la elaboración de todos los proyectos de gobierno cuidando la consideración de impacto de represas, viviendas, caminos, puentes, fuentes de energía, obras públicas y actividad privada.
Estamos hablando del futuro sustentable del hombre y del planeta.
A veces se resume el significado de la palabra sustentabilidad planteando la siguiente pregunta:

¿Podré seguir indefinidamente con este comportamiento o costumbre, y podrán también seguir mis hijos y nietos?


El término “sustentabilidad” no tuvo siempre el mismo significado y sufrió diferentes transformaciones a lo largo del tiempo.

Hoy este concepto está basado en el mantenimiento de los sistemas sociales y ecológicos  para lograr una nueva relación entre los tres componentes centrales del desarrollo sustentable:

·        La situación  económica

·        La condición social

·        El ambiente
La sustentabilidad se relaciona con el máximo nivel de actividad  que pueda mantener un sistema sin degradarse en el largo plazo en estos tres aspectos.
Es la habilidad de lograr una prosperidad económica sostenida en el tiempo protegiendo al mismo tiempo los sistemas naturales del planeta y proveyendo una alta calidad de vida para las personas. La optimización de los recursos energéticos es clave en relación a ambos objetivos y sin duda adquiere día a día mayor relevancia económica.


Por eso, basta de tormentas. Es nuestra última oportunidad de gobernar y participar responsablemente.
Lic. Hugo Molnar

Abril de 2016

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