Jachal,
Provincia de San Juan
Otra
vez la megamineria en el foco de la tormenta.
El
enorme derrame de más de un millón de litros de agua con cianuro en octubre del
2015 sigue sin resolverse en forma segura para el medio ambiente y su
componente más importante, la población rio abajo.
Vecinos
ignorados, familias desinformadas y temerosas, empresas mineras inconscientes y
peligrosamente especulativas, y el Estado durante años ausente y solo interesado
en prebendas y ventajas a corto plazo, salvo minúsculas excepciones.
Es
difícil analizar y sugerir soluciones en semejante situación de crispación, de
impunidad y de alto riesgo que sigue persistiendo.
En
la búsqueda de un aporte positivo a semejante situación de abandono, se me
presenta como muy oportuno un paralelo con los principios de la nueva calidad
expresados en la última versión 2015 de la norma ISO 9001, que en realidad no
son nuevos, porque hace décadas que se expresan de diversa forma en lo que se denomina sistemas de
excelencia o también TQM, en nuestro idioma: gerenciamiento de la calidad
total.
Cuando
se habla de la excelencia, la calidad y la mejora continua en el mundo de la
empresa, el foco se dirige indefectiblemente hacia el cliente y hacia todas las
partes interesadas y relacionadas con ella. Pero qué significa foco en el
cliente, mas allá de una elegante forma de querer demostrar nuestro interés en
este último? Debemos medir y cuantificar lo que el cliente opina, valora,
critica y especialmente lo que percibe sobre el producto o servicio que le
brinda la empresa.
Se
me ocurre entonces hacer un paralelo: Lo que es el cliente para la empresa lo
es el ciudadano para el gobierno. Es que así como la empresa subsiste gracias
al cliente, los gobiernos nos deben no solo su subsistencia sino su mismo
origen, puesto que los hemos elegido nosotros para ocupar ese lugar.
Esto
parece haber sido olvidado por nuestros representantes, los funcionarios que
hemos elegido soberanamente, cuando los vemos formular planes de gobierno.
Olvidaron para qué han sido elegidos y toman medidas sin preocuparse por la
percepción de los gobernados.
Es
así como autorizan un proyecto minero en
medio de la cordillera y de nuestros glaciares y dentro de un parque nacional,
violando ostentosamente la ley de glaciares, en base a presuntos beneficios en
puestos de trabajo y tasas municipales y provinciales. En esas condiciones
ilegales ni siquiera pensaron en el temor que se generaba en la población de
Jachal al percibir la falta de conciencia y
responsabilidad de la empresa minera. No le exigieron estudios de
impacto ambiental ni análisis de riesgos, ignorando la seguridad y la salud de
los habitantes. No controlaron ni auditaron el desarrollo de las obras
olvidando monitorear su influencia negativa en el ambiente circundante.
Luego
del vergonzoso derrame que contaminó en grado desconocido los ríos cercanos, no
se tomaron medidas de control ni exigencias técnicas a la empresa. Tampoco se
evaluó el impacto sobre la salud de la gente. Apenas se proveyó tímida y
tardíamente de agua potable envasada a la población desconcertada.
Con
demora de varias semanas comenzó a actuar la justicia solicitando peritajes
cuya demorada ejecución pone en duda la utilidad de los resultados.
En
medio de las consecuencias todavía no cuantificadas de este desastre ecológico
ocurrido el mes de octubre pasado, la
población de Jachal se encuentra en estado de asamblea permanente produciéndose
ya divisiones y antagonismos con sectores decididamente en contra de la
continuación de la explotación minera a cielo abierto.
El
Estado provincial y nacional no han sido capaces todavía de modificar la
percepción de desconfianza de la gente afectada. Cada día que pasa ese cambio
se hace menos posible y más lejano. Es que el daño ha sido enorme y la gente ha
sido ignorada.desde hace meses.
Esta
mencionada percepción de abandono ha sido lamentablemente reforzada cuando el
Presidente puso por delante un beneficio del 5% de un impuesto – que
probablemente haya sido arbitrario e injusto - sin mencionar siquiera una sola
palabra sobre la irresponsabilidad y la falta de reconocimiento de fallas mostrada por la megaminería a cielo abierto.
Quién
puede esperar que se genere confianza y se pueda recomponer el dialogo con
todas las partes afectadas, si no se tuvieron en cuenta semejante cantidad de
dudas, preguntas e incertidumbres?
El
Ministerio de medio ambiente y desarrollo sustentable apareció tardíamente en
escena y la misma presencia del ministro fue opacada por un clima de enojo y
reclamo en Jachal.
Hoy
más que nunca debemos mostrar la firmeza de los controles y condiciones para
esta industria por parte del Estado, solicitando a la Justicia la clausura del
emprendimiento hasta aclarar todos los puntos pendientes y poner sobre una
nueva base de responsabilidad la acción futura.
El
tema del cuidado ambiental cruza horizontalmente toda la actividad humana,
léase en este caso todas las aéreas de todos los ministerios en todo gobierno.
Le cabe al Ministerio de Medio Ambiente estar presente en la elaboración de
todos los proyectos de gobierno cuidando la consideración de impacto de
represas, viviendas, caminos, puentes, fuentes de energía, obras públicas y
actividad privada.
Estamos
hablando del futuro sustentable del hombre y del planeta.A veces se resume el significado de la palabra sustentabilidad planteando la siguiente pregunta:
¿Podré seguir indefinidamente con este comportamiento o costumbre, y podrán también seguir mis hijos y nietos?
El término “sustentabilidad” no tuvo
siempre el mismo significado y sufrió diferentes transformaciones a lo largo
del tiempo.
Hoy este concepto está basado en el mantenimiento de los sistemas
sociales y ecológicos para lograr una nueva relación entre los tres
componentes centrales del desarrollo sustentable:
·
La situación económica
·
La condición social
·
El ambiente
La sustentabilidad se relaciona con el máximo nivel de actividad
que pueda mantener un sistema sin degradarse en el largo plazo en estos tres
aspectos.Es la habilidad de lograr una prosperidad económica sostenida en el tiempo protegiendo al mismo tiempo los sistemas naturales del planeta y proveyendo una alta calidad de vida para las personas. La optimización de los recursos energéticos es clave en relación a ambos objetivos y sin duda adquiere día a día mayor relevancia económica.
Por eso, basta de tormentas. Es nuestra última oportunidad de gobernar y
participar responsablemente.
Lic. Hugo Molnar
Abril de 2016
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