Sabemos que el anhídrido carbónico (CO2) es un gas que se
eleva en la atmósfera y se mezcla en las capas superiores de la troposfera con
el aire que respiramos, con vapor de agua, y con gas metano (NH4)
Gracias a este fenómeno nuestra atmósfera inferior,
compuesta por nitrógeno (N) 78% oxigeno (O2) 21% y otros gases en menor proporción la que respiramos y en la que vivimos, se mantiene dentro de
limites tolerables de temperatura.
El anhídrido carbónico (CO2) forma una mezcla semi
transparente junto con vapor de agua
(H2O) y gas metano (NH4). Desde arriba hacia abajo, permite el paso de la radiación solar que incide sobre la tierra y la calienta, pero desde abajo
hacia arriba impide que el calor asi generado se escape nuevamente.
Dicho en forma simple pero más científica la capa superior
que mencionamos, es mucho más transparente a la radiación ultravioleta (UV) y a
la luz visible del sol que a la radiación infraroja (IR), el calor, que emite
la tierra.
Si no fuera así estaríamos soportando una temperatura
media de casi 20 grados bajo cero. Así se establece el balanceo térmico como
un ejemplo de los singulares equilibrios que nos muestra la naturaleza,
aportando en forma importante a la formación de vida que conocemos en este
planeta.
Ese equilibrio térmico se está perdiendo en las últimas décadas y vamos hacia un calentamiento global del cual hoy no conocemos el límite.
La pregunta es: a qué se debe. Es un fenómeno natural sobre el que no podemos
influir, o es que nuestra contribución fruto de nuestra actividad, provoca y
agrava el fenómeno?
El aporte de CO2 es sabido que se produce por la combustión de carbono, llamado también combustible fósil porque prácticamente toda la vida en este planeta contiene carbono, el cual al entrar en combustión forma CO2.